Ocho horas de espera en el Garufa por David Rees

Hacer noche ante un recinto de espectáculos días antes del concierto de una popular estrella musical ha dejado de ser algo extraordinario. Artistas como Alejandro Sanz, Pablo Alborán, Dua Lipa o Taylor Swift tienen tal magnitud de aficionados que los más devotos se plantan en la puerta con mucha antelación para ser los primeros en entrar y en ocupar las ubicaciones más próximas al escenario. Sorprende más que músicos sin tanto tirón —aunque también con fieles fans en las redes— sean capaces de movilizar a su público horas antes de sus actuaciones. Sara Sánchez, una joven coruñesa de 17 años, llegó ayer a las once de la mañana a la puerta de Garufa Club, donde nueve horas después abría las puertas el local para que hora y media más tarde comenzase su concierto David Rees, el autor de la canción De ellos aprendí, cuya letra es una sucesión de frases de personajes de conocidas películas de animación que marcaron la infancia del autor. Según la Wikipedia, el tema ha superado los 350 millones de reproducciones.

“Es la primera vez que lo voy a ver en directo, pero ya he hecho cola larga por Cepeda en Santiago y en Madrid. Es que creo que un concierto no es solo la actuación, sino esperar en la cola, conocer gente”, explica Sánchez. A las 11.00 llegó al Garufa, se sentó en la entrada y sacó sus apuntes de Lengua, Gallego y Filosofía porque esta semana tiene exámenes para aprovechar el tiempo. En la mochila, agua y bocadillos. Por la tarde se le unió una amiga, Uxue Juncal, y más tarde su madre, para dar su consentimiento ante los responsables del local para que su hija, menor de edad, pudiera asistir al concierto y, de paso, sumarse a las chicas.

“Estoy muy emocionada”, confesaba al mediodía Sara Sánchez. David Rees, para ella, es “una persona muy transparente que transmite mucho”. Sigue su música, adora el tema que protagonizan los personajes de Buscando a Nemo, Frozen, Toy Story y muchas otras joyas de animación, tiene sus libros. Esperó a que David llegase al Garufa para hablar con él y luego para verlo cantar. “Haré muchas otras colas”, asegura la joven.